La búsqueda del éxito nos lleva a encontrar herramientas que nos permiten tener un mejor desempeño en el uso de nuestras oportunidades. Nos fascinamos con palabras llenas de positivismo que nos inspiran a sentir que somos los verdaderos hacedores de nuestro éxito; nuestra mañana parte con un buen café y una afirmación a la que emocionalmente le damos fuerza interior para que se abra a nosotros lo que deseamos, sintiéndonos momentáneamente mejor por unos minutos, horas, días, pero después todo cambia.
Entonces volvemos a buscar fuentes que nutran nuestros pensamientos y las raíces de nuestras emociones positivas, volvemos a las redes sociales, los libros, terapias, herramientas de coach, contactamos nuevamente con nuestro terapeuta, en búsqueda de una nueva luz espiritual que nos permita seguir abriendo las puertas del éxito, como si faltara algo, una pieza al rompecabezas, un símbolo en la formula, una frase sanadora, una parte no vista de mi totalidad. Pareciera que necesitamos vitamina exterior que nos impulse un poquito más cerca de nuestro éxito.
Buscamos dentro de nosotros, sin entender que muchas veces nuestro ser trasciende el “YO” y nos convierte también en el sistema familiar del que procedemos, con sus éxitos, fracasos, amores, excluidos y reconocidos, presentes y ausentes, emociones, algunas heredadas, como nuestros miedos y gustos.
Al mirar nuestro éxito lo visualizamos casi todo, pero muchas veces falta mirar de dónde procedemos y cómo está «el amor bueno» influyendo en cada uno de los rincones de nuestro sistema y por ser parte, dentro de nosotros.Es mismo amor que muchas veces inconcientemente para sentirnos parte del circulo familiar nos hace repetir patrones por amor.
Bert Hellinguer a través del método de las Constelaciones Familiares pudo evidenciar que adquirimos experiencias, sentimientos, misiones así como comportamientos de familiares que vivieron en generaciones anteriores. Los sentimientos que no son acorde con nuestras situaciones actuales, son sentimientos prestados.
Al realizar nuestro Genograma, tenemos acceso a una vision mas amplia de nuestras necesidades, preocupaciones, desde lo mas profundos conflictos hasta lo más hermosos sentimientos de superación, podemos encontrar patrones repetitivos en miembros de distintas generaciones en nuestro árbol familiar, podemos responder muchas de las preguntas generadas en nuestro proceso de auto exploración sobre nuestros estados limitantes que impiden nuestro éxito.
Todos pertenecemos a un lugar no precisamente físico. Es una necesidad de nuestra conciencia el pertenecer a algun sistema familiar ,por lo que al suceder algún rompimiento, alejamiento o exclusión de alguno de los miembros de la familia nos llevaría a un sentimiento de vacío que tarde o temprano por su gran peso tendríamos que sanar, sin importar el tiempo y el espacio.
Si sientes que todavía hay un punto que no has entendido sobre tus dificultades de éxito, estado y sentimiento de abandono, perdidas, sentido de pertenencia o algún evento significativo dentro del sistema que no hayas tomado en cuenta, la invitación es la de ir “del Amor que nos duele al amor que nos une”, como lo mencionaba Bert Hellinguer, mirando nuestro sistema desde el respeto y conectando con nuestros ancestros
Cuando en nuestro sistema fluye la energía del amor, el reconocimiento y el respeto, las mismas cualidades fluyen en nuestro interior. Cuando esta energía limpia pueda moverse con libertad en nuestro ser, entonces la energía exterior fluirá acorde con la danza interior de tu sistema y dentro de tí, con éxitos que se manifestarán en logros, aciertos y relaciones sanas
Conectar con nuestros ancestros puede ser el inicio de una oportunidad para estar plenos indefinidamente con la totalidad desde una felicidad más duradera y completa
Que tengan todos un buen comienzo de conexión con un gran parte de ustedes
Juan Carlos Sandoval
ConPositivaMente 